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From Indifference to Encounter: Journey with Families in the Texas Foster System

Tuesday, April 17, 2018

Pope Francis has said that our greatest poverty is isolation and our greatest sin is indifference. "Dear brothers and sisters, how greatly I desire that all those places where the Church is present, especially our parishes and our communities, may become islands of mercy in the midst of the sea of indifference!” Pope Francis, Oct. 4, 2014 This poverty and sin meet one another in the foster care crisis in Texas, where 30,000 of God’s precious children, our brothers and sisters, are trapped in painful isolation and tragic abuse and neglect while millions of Texans are indifferent to their pain and deep need for support. The plight of these children has been seen in the headlines, argued in the courts, and confronted in our legislature for years, but the crisis continues. Even as the number of foster families seeking to help these children remains stagnant, we disregard a myriad of smaller ways we can individually make a difference for these families. 

In the Gospel of Luke, Jesus meets a widow who has just lost her only son. The Gospel tells us “When the Lord saw her, he was moved with pity,” and raised her son from the dead (Luke 7:12-15).  He saw her loss and her pain and did not causally remark to the disciples, “Oh, that poor woman” and continue with them on his way. Instead, Jesus was moved to act. In this way, he remedies the isolation of the lonely widow through engagement. Because she encountered Jesus that day, her family was restored. As we read the tragic headlines of families torn apart and children dying in our state’s beleaguered foster care system, are we moved with pity, or do we simply remark to our friends in our comfortable homes and parishes, “Oh, those poor children” and continue on our way? Do we shut the door on God’s mercy by failing to encounter mothers who have lost their children to foster care? How can our parishes engage with these mothers to support them in restoring their families?

The Texas Catholic Conference of Bishops has initiated a St. Joseph’s ministry to assist parishes and families in discerning how they can care for the biological, foster and adoptive families in our state’s child welfare system. Visit www.txcatholic.org/StJosephMinistry to learn more about the ways that you can become missionary disciples by encountering these families.  In doing so, we respond to the Holy Father’s call to “become islands of mercy in the sea of indifference.”

By: Jennifer Allmon, Executive Director, Texas Catholic Conference of Bishops

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Español: 

De la Indiferencia al Encuentro: El Camino con las Familias del Sistema de Crianza Temporal de Texas

El Papa Francisco ha dicho que nuestra mayor pobreza es el aislamiento y nuestro mayor pecado es la indiferencia. “Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia” –Papa Francisco, 4 de Oct. de 2014. Esta pobreza y este pecado se encuentran en la crisis de crianza temporal en Texas, donde 30,000 preciosos hijos de Dios, hermanos nuestros, están atrapados en un doloroso aislamiento, así como en un trágico abuso y descuido, mientras millones de texanos permanecen indiferentes ante su dolor y su grave necesidad de apoyo. La difícil situación de estos menores ha sido vista en los titulares, se ha discutido en los tribunales y se ha enfrentado en nuestra legislatura durante años, pero la crisis continúa. A pesar de que permanece estancado el número de familias de crianza temporal que buscan ayudar a estos niños, hacemos caso omiso de una miríada de maneras más modestas en que individualmente podemos hacer una diferencia para estas familias.

En el Evangelio de Lucas, Jesús se encuentra con una viuda que acaba de perder a su único hijo. El Evangelio nos dice que “el Señor, al verla, se compadeció de ella”, y resucitó a su hijo de entre los muertos (Lucas 7, 12-15). Él vio su pérdida y su dolor, y no se limitó a hacer un comentario casual a los discípulos como, “pobre mujer”, para luego seguir su camino con ellos. En cambio, Jesús se movilizó para actuar. De esta manera él remedia el aislamiento de la viuda solitaria, comprometiéndose. Gracias a que ella se encontró con Jesús ese día, su familia fue restaurada. Cuando leemos los trágicos titulares de familias desgarradas y niños que mueren en el asediado sistema de crianza temporal de nuestro estado, ¿nos compadecemos, o simplemente comentamos a nuestros amigos cómodamente desde nuestra casa o parroquia, “pobres niños” y seguimos nuestro camino? ¿Cerramos la puerta a la misericordia de Dios al no salir al encuentro de las madres que han perdido a sus hijos, para acogerlos? ¿Cómo pueden nuestras parroquias comprometerse con estas madres para apoyarlas en la restauración de sus familias?

La Conferencia Católica de Obispos de Texas ha iniciado un ministerio de San José para ayudar a las parroquias y familias a discernir cómo pueden cuidar a las familias biológicas, de crianza y adoptivas que se encuentran en el sistema de bienestar infantil de nuestro estado. Visite www.txcatholic.org/StJosephMinistry para aprender más sobre las formas en que usted puede convertirse en discípulo misionero al encontrarse con estas familias. Al hacerlo respondemos al llamado del Santo Padre para llegar “a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”.

Por: Jennifer Allmon, Directora Ejecutiva, Conferencia Católica de Obispos de Texas